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7 Mitos y Verdades sobre el Agua en la Salud

¿Alguna vez te han dicho que debes consumir al menos 8 vasos de agua al día para mantenerte sano? La verdad es que esto no es mas que un mito, y la ciencia detrás de la hidratación es mucho más fascinante, y menos estricta de lo que crees.

En este artículo te contamos cuales son los mitos más comunes sobre el agua y la salud, y te daremos la verdad respaldada por expertos. Prepárate para descubrir cómo hidratarte de forma más inteligente y beneficiar a tu cuerpo.

Mito 1: La regla de los 8 vasos de agua es para todos.

Verdad:  Esta cifra popular, que ha pasado de boca en boca durante décadas, no tiene una base científica sólida para ser una norma universal. La cantidad de agua que una persona necesita varía drásticamente según su peso, su nivel de actividad física, el clima en el que vive e incluso su estado de salud general. La Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard ha señalado que aunque deberías apuntar a beber de 2 a 2.5 litros de agua por día,  la sed es el indicador más fiable de tu cuerpo. En lugar de contar vasos, lo más inteligente es simplemente beber cuando sientas la necesidad. 

Mito 2: Si sientes sed, ya estás gravemente deshidratado.

Verdad: A diferencia de lo que muchos creen, la sed no es una señal de alarma que debas evitar a toda costa, sino mas bien, es un mecanismo de alerta temprana increíblemente eficaz que tiene tu cuerpo. Cuando sientes sed, es tu cerebro el que te está pidiendo que bebas para mantener el equilibrio de fluidos y electrolitos, evitando así un posible estado de deshidratación. Los signos de una deshidratación grave son mucho más evidentes e incluyen síntomas como mareo, confusión o un color de orina muy oscuro. Asi que, aunque no está mal que sientas un poco de sed a lo largo de tu día, no te olvides de llevar contigo un poco de agua siempre contigo.

Mito 3: El agua fría es mala para tu digestión.

Verdad: Este otro gran mito que seguramente has escuchado, y se basa en la idea errónea de que el agua fría puede "solidificar" las grasas en el cuerpo, dificultando su procesamiento. La realidad es que tu cuerpo es perfectamente capaz de regular su temperatura interna, por lo que el agua fría no afecta negativamente la digestión. Por otro lado, consumir un poco de agua a una temperatura tibia o moderadamente caliente más bien puede tener efectos benéficos en tu cuerpo, puesto que esta estimula el sistema digestivo y puede ayudar a descomponer los alimentos más fácilmente, lo que favorece una mejor absorción de nutrientes y puede aliviar problemas como el estreñimiento. Beberla así también puede mejorar la circulación y aliviar la congestión nasal cuando te sientes resfriado.

Mito 4: Las aguas alcalinas son mejores para tu salud.

Verdad: A pesar de la popularidad de las aguas alcalinas, no hay evidencia científica sólida que demuestre que estas ofrezcan beneficios superiores para la salud en personas sanas. Tu cuerpo ya cuenta con sistemas muy eficientes, como los riñones y los pulmones, que trabajan sin descanso para mantener el pH de tu sangre en un rango óptimo. Beber agua con un pH más alto no alterará de manera significativa este equilibrio interno. La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluso advierte que beber agua con un pH muy alto de forma prolongada puede tener efectos adversos. Lo que si puedes tener en cuenta, es que el agua purificada debe tener un pH en el rango de 6.5 a 8.5 para ser considerada segura para el consumo humano.

Mito 5: Beber agua con las comidas engorda y causa desordenes digestivos.

Verdad: Aunque hoy en dia muchos ya sabemos que el agua es la mejor bebida para el ser humano, aún hay muchas personas que siguen creyendo en este mito que alguna vez se diufundió de manera incorrecta. Lo cierto es que tomar agua mientras comes no solo no engorda, sino que es beneficioso. El agua es esencial para ayudar a tu estómago a absorber los nutrientes de los alimentos. Además, consumir agua con las comidas puede ayudarte a sentirte más lleno, lo que puede ser una estrategia útil para controlar el peso.

Mito 6: Los alimentos no cuentan para tu ingesta de agua diaria.

Verdad: Podrías pensar que la hidratación proviene únicamente de lo que bebes. Sin embargo, aunque no lo parezca una gran parte de nuestra ingesta de agua diaria proviene de los alimentos que consumimos, especialmente de frutas y verduras con alto contenido de agua, como la sandía, el pepino o el apio. Por lo tanto, una dieta balanceada y rica en alimentos frescos es una fuente importante de líquidos que contribuye significativamente a tu hidratación general.

Mito 7: El agua es un "detox" milagroso para el cuerpo.

Verdad: El agua no tiene propiedades desintoxicantes por sí misma, a pesar de lo que afirman muchas dietas de desintoxicación o productos de moda. El papel del agua es fundamentalmente de apoyo: actúa como el vehículo que transporta los productos de desecho para que el hígado y los riñones puedan filtrarlos y eliminarlos de manera eficiente. No se trata de "vaciar" toxinas de manera mágica, sino de asegurar que tu sistema de eliminación, que ya existe, tenga los recursos necesarios para funcionar correctamente y de forma óptima.

Conclusión

La verdad es que no necesitas seguir reglas estrictas ni creer en soluciones milagrosas para mantenerte hidratado. La clave es simple: escucha a tu cuerpo y mantente atento a sus señales. La hidratación adecuada es esencial para tu bienestar, y la mejor manera de conseguirla es beber cuando tengas sed y consumir una dieta balanceada.

Un factor crucial que no se menciona en los mitos es la calidad del agua que consumes. Para garantizar la seguridad y pureza en cada vaso, es fundamental contar con sistemas de tratamiento de agua confiables. Con la tecnología adecuada, puedes estar seguro de que tu agua está libre de impurezas, cloro y otros contaminantes, protegiendo así la salud de tu familia.

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